A veces, da la impresión de que el tiempo regresa. De que lo vivido se vuelve a vivir, y aunque a veces este recuerdo pertenece al campo de la memoria complaciente, en otras de los que es mejor olvidar. El partido suspendido ante Belice podía ser una de estas rememoraciones. Después de décadas en las que conseguir un partido para Venezuela costaba indagar por aquí y por allá a ver quién estaba dispuesto, finalmente la Vinotinto comenzó a ser tomada en cuenta. A veces por amistades, y otras por méritos conseguidos, se jugaron partidos de realce internacional; entre ellos, dos veces ante la España campeona del mundo, una vez frente a Brasil. Este parecía ser el camino, porque, aunque de súbito suene antipático, los resultados marcan la pauta. Y la Vinotinto, mal que bien, los iba consiguiendo…
No obstante, no es esa la actual situación. Venezuela acaba de enfrentar a Argentina, es verdad, y eso es para resaltar así haya sido un partido de exploración; pero de inmediato, y haciendo el contraste, iba a ir ante Belice. Uno y otro, un gran equipo, una desconocida selección. Todos estos capítulos de fútbol internacionales no oficiales tienen esas características: se busca al equipo disponible, las condiciones del juego, y allá vamos. Jugar ante los centroamericanos no tiene nada de malo, pero no sabemos si era el único seleccionado disponible. Por eso es que hemos titulado en interrogaciones: a lo mejor, y para los partidos de marzo, la Vinotinto verá del otro lado de la cancha a Francia o a Inglaterra. Los encuentros así, de estudio y que no valen para ninguna estadística, entran en el territorio de lo disponible, y también, cómo negarlo, de lo que económicamente se ofrezca. ¿Quién da más?…
Oswaldo Vizcarrondo, por estos días director técnico de la selección nacional, mira lejos. En su conocimiento futbolístico, en su observación, ha sostenido que Telasco Segovia debe saltar a Europa. Vizcarrondo piensa que jugar en el Miami Internacional, en el marco de la Major League Soccer, es como chapotear en los everglades de la Florida. El gol que marcó el joven venezolano en el partido ante Colombia ha bastado para que se le vea diferente, fuera del foco normal de la Vinotinto. Ya una vez Segovia estuvo en Europa, en Italia y Portugal, y fue devuelto, pero solo corrían los días de su primera juventud. Ahora, a sus 22 años de edad, apunta hacia objetivos mayores, de más envergadura que el fútbol de Estados Unidos. Para Telasco sería una realización; para la afición venezolana un cierto desquite después de su desencanto mundialista. Nos vemos por ahí.
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