Robbie Williams, reconocido cantante británico y una de las grandes figuras del pop internacional, confesó que padece síndrome de Tourette, durante su participación en el pódcast británico I’m ADHD! No You’re Not, conducido por Paul Whitehouse y la doctora Mine Conkbayir.
El artista de 51 años explicó que su Tourette no se manifiesta con tics visibles, sino en forma de pensamientos intrusivos constantes “he descubierto que tengo Tourette, pero no se manifiesta externamente. Son pensamientos intrusivos que ocurren dentro de mí”, compartió.
Aunque en el escenario proyecta seguridad y carisma, Williams admitió que su experiencia es muy distinta: “parezco lleno de bravura y hago grandes gestos, pero en el fondo siento todo lo contrario. La gente cree que debería emocionarme con las giras, pero en realidad estoy aterrorizado”.
Su trayectoria ha estado marcada por varios desafíos de salud mental. En tres ocasiones recibió el diagnóstico de trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), además de enfrentar episodios de ansiedad, adicciones y una difícil relación con la medicación “pasé de tomar las pastillas a triturarlas y esnifarlas”, confesó Robbie Williams.
En su búsqueda por comprender mejor su mente, incluso se sometió a pruebas de autismo. Aunque resultaron negativas, identificó rasgos relacionados con la ansiedad social: “cuando estoy en la cama, ese es mi lugar seguro. Cualquier lugar fuera de la cama es mi zona de incomodidad”.
“Estoy mejor, pero sigo en proceso”, reconoció el cantante, quien continúa explorando alternativas para alcanzar un mayor bienestar emocional.
QUÉ ES EL SÍNDROME DE TOURETTE, LA ENFERMEDAD QUE PADECE ROBBIE WILLIAMS
De acuerdo con el NHS británico y la Tourette Association of America, el síndrome de Tourette es un trastorno del desarrollo neurológico caracterizado por movimientos y sonidos involuntarios llamados tics. Estos pueden ser motores, como parpadeo repetitivo, encogimiento de hombros, giros de cabeza, saltos o toques compulsivos; o vocales, como gruñidos, carraspeo, silbidos o la repetición de palabras.
Aunque popularmente se asocia con insultos o palabras ofensivas, lo que se conoce como coprolalia, este síntoma solo afecta entre el 10 y el 15% de los pacientes. Además, muchas personas pueden controlar sus tics en ciertos contextos sociales, aunque a costa de un enorme esfuerzo.
Según reseñó Infobae, actualmente no existe una cura para el Tourette, pero los tratamientos médicos y psicológicos permiten reducir los síntomas y mejorar la calidad de vida.